Principios del diseño desde la óptica de la economía circular
C2C. La
naturaleza como referente.
Pete Seeger (1919-2014), músico
y activista social, considerado como referente conceptual del trabajo de Bob
Dylan o Bruce Springsteen, entre otros,
utilizaba la música folk para mover conciencias y expresar convicciones
tan rotundas como:
«Si todavía estamos aquí
dentro de cien años, será porque todos nos hemos involucrado en actos locales
como este... La humanidad tiene un cincuenta por ciento de posibilidades de
seguir aquí dentro de cien años si aprende que la gente más feliz es aquella
que trabaja unida».
Muchos pensamos que podemos
lograr grandes objetivos dentro del nuevo marco vital y conceptual en el que nos
encontramos y que ha llegado el momento de eliminar los procesos que nos han
llevado a la situación de emergencia climática actual.
La creatividad, esa
característica tan humana que nos define como especie, entendida como la
capacidad para ordenar las cosas de manera distinta, debe estar al servicio de
la supervivencia de la colectividad y usarse para definir nuevos imaginarios de
referencia basados en los procesos que, a diario, se realizan en la naturaleza.
«Si no puede ser reducido,
reusado, reparado, reconstruido, reformado, revendido, reciclado o compostado,
entonces debería ser prohibido, rediseñado o eliminado de la producción».
Esta afirmación tan terminante
es la base para el cambio consciente. Otra vez, Pete Seeger nos muestra el
camino.
En el Cradle to Cradle (C2C)
Products Innovation Institute, William
McDonough (cofundador) afirma: «Todo lo que hacemos puede reciclarse sin cesar:
los nutrientes biológicos pueden devolverse al suelo y los nutrientes técnicos
pueden reutilizarse».
En el Cradle to Cradle Design establecen tres principios de diseño clave
como punto de partida:
• Eliminar el concepto de
desperdicio
• Usar flujos de energía
limpia
• Celebrar la diversidad.
El Cradle to Cradle Products
Innovation Institute es una organización global sin fines de lucro dedicada a
transformar la seguridad, la salud y la sostenibilidad de los productos a
través del Cradle to Cradle Certified
Product Standard.
Cradle to Cradle, como
una filosofía de diseño circular, se presentó por primera vez en la década de
1990. Más tarde, en 2010, William McDonough y Michael Braungart fundaron el instituto,
que tiene su sede en Oakland, California, y una oficina en Ámsterdam, Países
Bajos[1].
No solo las acciones deben estar
avaladas por organismos e instituciones —aunque sean sin ánimo de lucro—, los
usuarios tenemos que supervisar que realmente los procesos y productos a los
que accedemos no afectan a la sustentabilidad del sistema en que habitamos. Debemos
configurar nuestro entorno vital y conceptual partiendo de premisas tales como
reconsiderar nuestras elecciones pensando en el ciclo completo del proceso o del
producto, rechazar tajantemente los objetos de un solo uso, reducir el consumo,
reutilizar todos los componentes, rellenar envases siempre que sea posible, restaurar
objetos usados, reparar antes de reemplazar, reutilizar y ser creativo o reinventar.
Reciclar debe ser la última
opción.
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