Activismo climático

Fridays for future. Imagen de NiklasPntk en Pixabay

Concerns of young protesters are justified

 

Una ola de preocupación y de miedo al futuro recorre Europa, las protestas se suceden en las grandes ciudades reclamando a sus gobiernos que cumplan los acuerdos alcanzados en París en diciembre de 2015[1].

 

Los activistas climáticos son jóvenes estudiantes de secundaria que han entendido que no hay opción B para el planeta. Son nativos digitales y conocen a la perfección los mecanismos de las redes sociales, se comunican a través de ellas y son capaces de convertir en virales sus preocupaciones, además son pacíficos. Sin embargo no hay una correspondencia entre la potencia de las llamadas al cambio de modelo social que demandan y las respuestas de sus gobiernos y de las grandes corporaciones. El sistema está en crisis, los valores que lo han sustentado durante los últimos años son inservibles y los responsables políticos no saben, o no quieren, reemplazarlos. Los medios obedecen a sus dueños y la cobertura que hacen de los eventos es tendenciosa.

 

Los activistas son muy jóvenes y no pueden esperar, están convencidos que la cuenta atrás ha empezado. Tildan a los políticos irresponsables por no actuar y les increpan sobre el futuro que les legarán.

 

La prestigiosa revista Science[2] publicó un documento en Abril de 2019 con el título: Concerns of young protesters are justified, que firmaban más de 3.000 científicos[3], donde se justificaba, con argumentos científicos sobre el clima, que las preocupaciones expresadas por los jóvenes activistas estaban totalmente justificadas.

 

Fridays for future[4], es uno de esos movimientos que comenzaron en agosto de 2018, después de que Greta Thunberg, de 15 años, y otros jóvenes activistas se sentaran frente al parlamento sueco todos los días lectivos durante tres semanas, para mostrar su preocupación y protestar contra la falta de acción sobre la crisis climática[5] de los gobiernos.

 

Las acciones que desarrollan aglutinan, cada vez a más, grupos que unen demandas sociales, políticas y climáticas. Esta cuestión es inevitable, son aspectos indisociables, la existencia como ser social del ser humano está íntimamente ligada a la naturaleza.

 

En Francia, por ejemplo: ANV-COP21[6] (Mouvement populaire et non-violent por relever le défi climatique) tiene como puntos definidos de su misión:

 

• Denunciar los proyectos y políticas que agravan el cambio climático.

• Poner la lucha contra el cambio climático en el centro de la agenda política y mediática con la ambición y urgencia que esto requiere.

• Trabajar en complementariedad con organizaciones que trabajan para construir y desarrollar alternativas para la transición social y ecológica.

• Desarrollar el enfoque no violento, como base de la nueva sociedad en la que deseamos vivir en paz.

 

ANV-COP21 tiene contacto permanente con otras organizaciones con objetivos comunes como Greenpece, 350.org, Amis de la Terre, Attac,…

 

Para gestionar y coordinar las acciones por el clima tienen un punto de encuentro en Paris en La Base: “El lugar para participar por la justicia climática y social”[7]. En la web de la sede está definida con claridad su razón de ser:

 

Sensibilizar. Catalizar energías, federar iniciativas, transformar deseos en acción, ser capaces de encontrarse y fertilizarse. Es el lugar para acelerar la movilización por el clima y la justicia social.

 

Movilizar. Manifestarse para concienciar, anunciar los desastres ecológicos y económicos que se avecinan, mostrar que hay alternativas en todas partes para vivir con más sobriedad, que todavía no han sido suficientes para desencadenar el salto necesario. Sin embargo, solo nos quedan dos años para reorganizar nuestros estilos de vida y evitar alcanzar umbrales climáticos irreversibles.

 

Actuar. Desde el verano de 2018, cientos de miles de personas han salido a las calles para exigir medidas capaces de dar respuesta a la emergencia climática y social. El movimiento por el clima y la justicia social ha alcanzado un nivel de movilización sin precedentes. Para subir de velocidad, necesitamos lugares de encuentro, catalizadores, bases. Ésta es la ambición de La Base.

 

En Alemania la organización Ende Gelände[8] se declara antinuclear y anticarbón, utilizan la desobediencia civil como instrumento de lucha en sus acciones. Su claim: “¡Desobediencia contra el capitalismo y por la justicia climática en todo el mundo!”

 

Desde que el gobierno alemán anunció el 30 de mayo de 2011 que cerraría paulatinamente las centrales nucleares en un plazo de 11 años, ha aumentado la dependencia del carbón y del lignito como fuentes energéticas para generar la electricidad que la potente industria alemana necesita.

 

En la actualidad aproximadamente un tercio del total de la electricidad que se produce en Alemania tiene su origen en el carbón, que para cubrir la demanda ha procedido a la tala de bosques y abrir nuevas explotaciones mineras, muchas de ellas a cielo abierto.

 

Ende Gelände ocupa las minas de carbón para crear conciencia sobre la justicia climática, ha organizando acciones de desobediencia civil masiva contra las minas a cielo abierto de carbón de Garzweiler[9], en la cuenca minera del Ruhr, en Renania del Norte Wesfalia, contra las minas de lignito en Lusacia, comarca situada entre Bradenburgo y Sajonia y las del sur de Leipzig en Sajonia.

 

La acción para preservar el bosque de Hambach situado entre Colonia y Frankfurt, ha sido una de las más controvertidas, por las durísimas medidas represivas adoptadas por las fuerzas policiales.

 

La organización Ende Gelände cuenta con más de 50 sedes locales por toda Alemania, y ha intervenido en acciones similares en otros nueve países: Austria, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Italia, Polonia, República Checa, Suecia y Suiza, donde cuenta con organizaciones afines.

 

Extintion Rebellion nace en Londres, aunque hoy tiene carácter mundial, es una organización que surge en el año 2018 cuando un centenar de académicos y académicas firmaron un llamamiento a la acción en un documento que recogió el periódico The Gardian[10]. Activistas de la organización británica Rising Up iniciaron las acciones de Extinction Rebellion en octubre de 2018, que fueron reprimidas con violencia.

 

La carta de apoyo publicada en The Guardian decía:

 

“Los abajo firmantes representamos diversas disciplinas académicas, y las opiniones expresadas aquí son las de los signatarios y no de sus organizaciones. Si bien nuestras perspectivas académicas y nuestra experiencia pueden diferir, estamos unidos en un punto: no toleraremos que este o cualquier otro gobierno no adopte medidas sólidas y de emergencia con respecto al empeoramiento de la crisis ecológica. La ciencia es clara, los hechos son incontrovertibles y nos parece inconcebible que nuestros hijos y nietos tengan que soportar la terrible carga de un desastre sin precedentes de nuestra propia creación.

 

Estamos en medio de la sexta extinción masiva, con aproximadamente 200 especies que se extinguen cada día. Los seres humanos no pueden seguir violando las leyes fundamentales de la naturaleza o de la ciencia con impunidad. Si continuamos por nuestro camino actual, el futuro de nuestra especie es sombrío.

 

Nuestro gobierno es cómplice de ignorar el principio de precaución y de no reconocer que el crecimiento económico infinito en un planeta con recursos finitos no es viable. En cambio, el gobierno promueve irresponsablemente el consumismo desenfrenado y el fundamentalismo del libre mercado, y permite que aumenten las emisiones de gases de efecto invernadero. The over shoot day de la Tierra (la fecha en la que los humanos han gastado más recursos de la naturaleza de los que el planeta puede renovar en todo el año) cae cada año antes (1 de agosto de 2018).

Cuando un gobierno renuncia voluntariamente a su responsabilidad de proteger a sus ciudadanos de daños y asegurar el futuro para las generaciones venideras, ha fallado en su deber más esencial de administración. El "contrato social" se ha roto y, por lo tanto, no solo es nuestro derecho, sino nuestro deber moral, eludir la inacción del gobierno y el flagrante abandono del deber, y rebelarnos para defender la vida misma.

 

Por lo tanto, declaramos nuestro apoyo a Extinction Rebellion, que se lanzará el 31 de octubre de 2018. Respaldamos plenamente las demandas de que el gobierno diga la dura verdad a sus ciudadanos. Hacemos un llamado a una Asamblea de Ciudadanos para trabajar con los científicos sobre la base de la evidencia existente y de acuerdo con el principio de precaución, para desarrollar urgentemente un plan creíble para la descarbonización total rápida de la economía”.

 

En la página web[11] de Extinction Rebellion declaran:

 

1 Tenemos una visión compartida del cambio.

Creando un mundo adecuado para que vivan las próximas 7 generaciones.

2 Fijamos nuestra misión en lo que es necesario.

Movilizar al 3,5% de la población para lograr un cambio de sistema, como "organización impulsada por su propia fuerza".

3 Necesitamos una cultura regenerativa.

Creando una cultura que es saludable, resistente y adaptable.

4 Nos desafiamos abiertamente a nosotros mismos y a este sistema tóxico.

Alejándonos de nuestras zonas de confort para tomar medidas para el cambio.

5 Valoramos la reflexión y el aprendizaje.

Siguiendo un ciclo de acción, reflexión, aprendizaje y planificación para más acción. Aprendiendo de otros movimientos y contextos así como de nuestras propias experiencias.

6 Damos la bienvenida a todos y a cada parte de todos.

Trabajando activamente para crear espacios más seguros y accesibles.

7 Mitigamos activamente por el poder.

Derribamos las jerarquías de poder para una participación más equitativa.

8 Evitamos culpar y avergonzar.

Vivimos en un sistema tóxico, pero ningún individuo tiene la culpa.

9 Somos una red no violenta.

Usamos estrategias y tácticas no violentas como la forma más efectiva de provocar el cambio.

10 Nos basamos en la autonomía y la descentralización.

Creamos colectivamente las estructuras que necesitamos para desafiar al poder.

 

Todo el activismo climático está de acuerdo y es pacífico pero tiene enfrente un sistema terriblemente violento, que no va a modificar la posición que representa la base de su sistema. Tratar de convencerlos, por el bien de todos, es el desafío.

 

La violencia física empleada por las fuerzas policiales contra las manifestaciones antinucleares y antiglobalización en Alemania y en otras ciudades del mundo donde se han producido las protestas ha tenido como reacción la formación de grupos anticapitalistas denominados, por la prensa, el bloque negro[12] (der schwarze Block), combaten la desigualdad social, como des Gilets Jaunes[13] en Francia, la prensa despectivamente los caracteriza —a unos y otros— por el empleo de una táctica de enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.

 

El poder y el dinero no están dispuestos, de momento, a asumir


[1] https://ec.europa.eu/clima/policies/international/negotiations/paris_es

[2] https://science.sciencemag.org/content/364/6436/139.2

[3] www.sciencemag.org/content/364/6436/139.2/suppl/DC1

[4] https://fridaysforfuture.org/

[5] Ver también: School Strike 4 Climate, Youth for Climate, y Youth Climate Strike

[6] https://anv-cop21.org

[7] https://labase.paris

[8] https://www.ende-gelaende.org/es/

[9] https://www.group.rwe/en/our-portfolio/our-sites/garzweiler-mine-site

[10] https://www.theguardian.com/environment/2018/oct/26/facts-about-our-ecological-crisis-are-incontrovertible-we-must-take-action

[11] https://rebellion.global/es/

[12] https://www.dw.com/es/el-temido-bloque-negro/a-2579032

[13] https://www.france24.com/es/20200912-francia-chalecos-protestas-pandemia


 

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